AL SER POSIBLE SU DESACELERACIÓN, CHINA PRIORIZA CRECIMIENTO ECONÓMICO.



Sábado 05 de enero.
Por: Agencia AFP.

Las autoridades chinas podrían dejar de lado algunas reformas estructurales y apostar por el crecimiento del PBI ante la amenaza de una desaceleración de la actividad económica.

"Cuando tengamos que escoger entre reformas y crecimiento, esperamos que la prioridad sea apoyar el crecimiento", considera Fang Gene, de la agencia Moody's .

Ralentización de la actividad manufacturera, de las ventas al por mayor. Varios factores apuntan a que el crecimiento chino se está frenando y, según los analistas, el gigante asiático probablemente no alcanzará su objetivo de crecimiento de 6.5% en el 2018.

Además, "la economía china se encuentra en un momento de dificultades, el problema de la deuda no ha sido resuelto y el impacto del aumento de las tasas aduaneras en Estados Unidos justo ahora empieza a notarse", recuerda el sinólogo Bill Bishop.



Según este experto, tampoco hay que ser "demasiado pesimista para el 2019". "El Partido Comunista hará todo lo que pueda para revitalizar la economía" y los discursos oficiales "parecen confirmar que están previstas múltiples medidas para estimularla".

No obstante, ¿seguirán aplicándose reformas estructurales? "Esta es la cuestión del billón de dólares", añade Bishop.

Tras un crecimiento medio de 9.7% entre 1978 y el 2015, el dinamismo de la economía china se confronta a nivel interno con varios factores estructurales: endeudamiento, envejecimiento de la población, disminución de la reserva de mano de obra procedente de las regiones rurales, contaminación atmosférica y el gran peso de las empresas estatales.

Ante una desaceleración de la economía, la reforma de estas empresas podría verse relegada con el argumento de preservar los puestos de trabajo.

A nivel externo, el crecimiento chino puede verse afectado por las tensiones comerciales con Washington y el freno en las economías de los países desarrollados.

La guerra comercial con Estados Unidos "afectará el crecimiento en China y el conjunto de Asia Oriental", afirman desde el gabinete Oxford Economics.

Apple explicó el miércoles que las tensiones comerciales y la ralentización de la actividad ya habían afectado a los consumidores chinos y la compañía de la manzana anunció una revisión a la baja de sus previsiones trimestrales.

"El desafío más urgente en China es mejorar su nivel tecnológico", defiende Raymond Deng, del DBS Bank, quien considera que "reformar la oferta es la mejor política para fortalecer la economía".

El gobierno también debería "aumentar el consumo", "inyectar suficiente dinero en la economía", "eliminar las empresas públicas" obsoletas...

Además, afronta otros desafíos fundamentales en el 2019: "el plan de reducción de impuestos y el conflicto comercial sino-estadounidense", explica Zhu Chaoping, estratega de JPMorgan Asset Management.

A pesar de la elevada deuda pública, las autoridades chinas disminuyeron el año pasado la presión fiscal, reduciendo en un punto el IVA, y los contribuyentes también se beneficiarán este año de deducciones fiscales en gastos relacionados con la educación, servicios sanitarios en caso de enfermedades graves, préstamos inmobiliarios...

"Si el plan de reducción fiscal es aplicado, como se espera, éste no sólo aumentará los beneficios de las empresas y el consumo de las familias, sino también podría mejorar la estructura económica", explica Zhu.

Según Su Jian, profesor de Economía en la Universidad de Pekín, el apoyo al consumo requiere una "mejor repartición" de la riqueza entre las familias, además de unos mejores servicios públicos que sirvan para disminuir el ahorro por precaución de las familias.



Además, este economista recuerda que el PIB por habitante en China sólo representa la octava parte de un ciudadano estadounidense.


"El margen de desarrollo aún es muy grande el PBI puede crecer 7% anual durante los próximos 20 años", asegura Su Jian. 

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