Ayer amanecimos con una terrible noticia, y conforme pasaban las horas con los noticieros televisivos de la noche, confirmamos la gran tragedia.
37 de nuestros hermanos han fallecido éste lunes, de la forma más inesperada y cruenta posible.
En la carretera Panamericana Norte, a la altura de Casma, a pocos kilómetros del peaje de Huarmey, se produjo un cuádruple choque entre buses interprovinciales y un camión frigorífico, el cual ha dejado un saldo de al menos 37 muertos y más de 70 heridos.
La peor parte del accidente se la llevó el bus de la empresa Murga Serrano, en el que viajaban decenas de miembros del Movimiento Misionero Mundial, quienes habían llegado de Chiclayo a Lima para asistir a su acostumbrada Convención Nacional.
Miles de familias están hoy de luto, con una tristeza muy honda, porque sentimos como humanos las irreparables perdidas de nuestros seres queridos.
Hoy, la Iglesia Evangélica en el Perú, con todas sus denominaciones e iglesias independientes, y con todas sus entidades y organizaciones, se solidariza con las víctimas de éste terrible suceso.
También, expresa su profundo pesar por el dolor de nuestros hermanos y sus familias. Y, como no, también expresa su consideración y amor para con todos los heridos y fallecidos que no son de nuestra fé, a quiénes Dios ama, y por cuyos familiares pedimos al Señor tengan paz y consuelo.
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