La FAO ha anunciado una asociación con la Unión Mundial de Mercados Mayoristas para mejorar la eficiencia logística en los mercados urbanos así como de los proveedores y compradores, para reducir el desperdicio de alimentos que cada año cuesta un billón de dólares.
Según la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, una de las fallas en la cadena de distribución y producción donde se desperdicia más comida, está en manos de los mayoristas ya que funcionan como intermediarios, vendiendo productos agrícolas comprados a granel directamente a productores, empresas y revendedores profesionales.
“Los mercados mayoristas manejan importantes volúmenes de alimentos y existen lagunas de información sobre el desperdicio de alimentos en el proceso de comercialización, incluyendo el almacenamiento y el transporte, por lo que estos mercados se están centrando en nuevas iniciativas para abordar estas carencias”, señala el informe del organismo internacional.
Por este motivo ha acordado una asociación con la Unión Mundial de Mercados Mayoristas para promover la sostenibilidad y la inclusión en el sector mayorista, y el desarrollo de mejores prácticas para reducir el desperdicio de alimentos, que cada año cuesta un billón de dólares.
"Conscientes de la dificultad creciente de alimentar a las ciudades del mundo y de la importancia de contar con mercados urbanos eficientes, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Unión Mundial de Mercados Mayorista (WUWM, por sus siglas en inglés) se han asociado", señala el organismo.
Entre los objetivos principales de la asociación entre la FAO y la WUWM figuran recopilar información más detallada sobre la cantidad de alimentos que se pierde y desperdicia a nivel mayorista.
También buscan el desarrollo de procedimientos adecuados para mejorar la eficiencia logística en los mercados urbanos y con los proveedores y compradores, al tiempo que se previene y gestionan los desperdicios en todo el sector.
La FAO ha calculado que casi un tercio de los alimentos producidos a nivel mundial para el consumo humano (1,300 millones de toneladas al año), se pierde o se desperdicia. Calculado a partir de los precios al productor y al por menor, el desperdicio de alimentos representa un valor económico total cercano al billón de US dólares anuales.
Se estima que más del 40% de los cultivos de tubérculos, frutas y verduras se pierde o desperdicia, junto con el 35% del pescado, el 30% de los cereales y el 20% de las semillas oleaginosas, carne y productos lácteos.
El organismo dependiente de la ONU dijo que la mayoría de las pérdidas se concentran cada vez más en las ciudades, ya que más de la mitad de la población mundial hoy en día es urbana y estima que para 2050 casi dos tercios vivirán en ciudades.
Mediante el desarrollo de mejores prácticas para el diseño y las operaciones de los mercados mayoristas además de un flujo más eficiente de la información a lo largo de las cadenas de suministro de alimentos urbanos, la nueva colaboración lanzada tiene como objetivo no sólo reducir las pérdidas y el desperdicio de alimentos, sino también mejorar el acceso de los productores a los mercados y la manipulación de los alimentos y obtener productos más frescos e inocuos que estén disponibles de forma más equitativa para los consumidores urbanos.
Los países
América Latina y el Caribe son responsables del 6 % de los alimentos que se desperdician cada año a nivel mundial, según el informe, lo que bastaría para alimentar a casi 10 veces el total de personas que sufren hambre en la región.
“La buena noticia es que tanto la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) como los países, las organizaciones privadas y consumidores están reaccionando frente a este fenómeno”, explicó Raúl Benítez, representante regional de la organización.
La FAO expresó que la Celac ha asumido la meta de eliminar el hambre en la región antes del año 2025, por lo que, a través de su Plan de Seguridad Alimentaria, Nutrición y Erradicación del Hambre, está impulsando una serie de medidas concretas para recuperar alimentos y evitar que acaben en la basura.
Según el organismo internacional, los países también han contribuido y están desarrollando una alianza regional para la reducción de pérdidas y desperdicios de alimentos, la cual permitirá reunir evidencias, metodologías y experiencias para favorecer acciones coordinadas.
A modo de ejemplo mencionó que en Colombia, la Asociación de Bancos de Alimentos rescató 18.000 toneladas en 2014, suficientes para atender a 400.000 personas.
Costa Rica, por su parte, conformó una red para la disminución de pérdidas y desperdicios alimenticios, que incluye 13 instituciones públicas y trabaja en un plan de acción nacional.
De igual forma, Guyana, Santa Lucía y Trinidad y Tobago realizaron estudios para medir la magnitud de las pérdidas en la postcosecha de yuca, mango y tomate.
En Europa, una de las medidas más trascendentales ha sido la del Parlamento francés que ha prohibido los grandes supermercados que destruyan los alimentos que no vendieron, alentándolos a donarlos a la caridad o las granjas para alimento de animales.
Eso incluye bienes que están mal empacados o dañados, pero que todavía pueden comerse, o cuya fecha recomendada de consumo ya pasó pero que no hay riesgo si se comen. Los alimentos cuya fecha de caducidad venció serán para las granjas.
Otra de las medidas busca reducir el desperdicio en las cafeterías de las escuelas. Los legisladores también están debatiendo enseñar a los alumnos formas de reducir el desperdicio en sus mismas casas, así como eliminar las fechas de caducidad en alimentos que no son necesariamente perecederos.
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04-06-2015 / GS1 redacción propia.
Fuentes: Agencia EFE; www.radioformula.com.mx; www.sipse.com/mundo;www.radioformula.com.mx; www.sipse.com/mundo; eleconomista.com.mx