Una de las primeras flotas de Buses eléctricos llega a Sudamérica, específicamente a Chile, de la mano de BYD Motors.
Embarcaron en Shanghai y tras un mes y medio de viaje, ya están en San Antonio esperando bajar del barco. Desde BYD, la empresa que los trajo, piensan ampliarse a otras ciudades como Concepción, Temuco y Coyhaique.
Cuando empiecen a operar, Chile será el líder del continente en términos de buses eléctricos en el transporte público. En el mundo, el primero es China.
Número de vehículos eléctricos.
Sin embargo, al incluir los vehículos privados, las cifras no son tan alentadoras: según indicaron desde el Ministerio de Energía, a octubre pasado habían 403 vehículos eléctricos en todo Chile. Si sumamos los buses eléctricos recién llegados y un camión de la CCU presentado a fines de noviembre, se llega a los 504 a la fecha en todo el país.
Esto representa recién el 0,01% del parque automotriz de Santiago, estimado en 5 millones y algo más. Eso sin considerar los buses del Transantiago, que suman casi 6,500.
¿Ayudarán entonces estos buses eléctricos a descontaminar realmente el aire de la capital? "Si se habla de 100 buses sobre los que demanda el transporte público, particularmente en Santiago, su efecto es muy menor desde el punto de vista de emisiones", indica Felipe Ulloa, especialista en infraestructura y transportes, ex consultor de la Cepal.
Y aunque está de acuerdo con Ulloa, el profesor Sebastián Tolvett, director de la escuela de mecánica de la Utem, agrega que aún así este es un muy buen primer paso. "No hay que olvidar que no sólo son estos 100 buses los que llegan al sistema, sino que son 200. Además en la nueva licitación se consideran buses norma Euro VI, que tienen súper pocas emisiones. Ahí se pretende cambiar tres mil buses y ahí sí que habrá un impacto", agrega.
De hecho aclara que esta primera camada de buses tiene el objetivo de "romper el paradigma que estos buses son complicados de operar" y sacar así un estigma que tuvieron en décadas anteriores.
Sin embargo, al incluir los vehículos privados, las cifras no son tan alentadoras: según indicaron desde el Ministerio de Energía, a octubre pasado habían 403 vehículos eléctricos en todo Chile. Si sumamos los buses eléctricos recién llegados y un camión de la CCU presentado a fines de noviembre, se llega a los 504 a la fecha en todo el país.
Esto representa recién el 0,01% del parque automotriz de Santiago, estimado en 5 millones y algo más. Eso sin considerar los buses del Transantiago, que suman casi 6,500.
¿Ayudarán entonces estos buses eléctricos a descontaminar realmente el aire de la capital? "Si se habla de 100 buses sobre los que demanda el transporte público, particularmente en Santiago, su efecto es muy menor desde el punto de vista de emisiones", indica Felipe Ulloa, especialista en infraestructura y transportes, ex consultor de la Cepal.
Y aunque está de acuerdo con Ulloa, el profesor Sebastián Tolvett, director de la escuela de mecánica de la Utem, agrega que aún así este es un muy buen primer paso. "No hay que olvidar que no sólo son estos 100 buses los que llegan al sistema, sino que son 200. Además en la nueva licitación se consideran buses norma Euro VI, que tienen súper pocas emisiones. Ahí se pretende cambiar tres mil buses y ahí sí que habrá un impacto", agrega.
De hecho aclara que esta primera camada de buses tiene el objetivo de "romper el paradigma que estos buses son complicados de operar" y sacar así un estigma que tuvieron en décadas anteriores.
En las Demás Regiones de Chile.
Además, hay otra arista: Santiago no es Chile y en la empresa BYD lo saben. Por eso ya están pensando en ampliarse a regiones. Hoy están presentes en Concepción, con un bus operado por Enel X. Pero piensan un poco más allá. Ya estudian en cómo funcionaría un modelo K7 -más chico que el de Santiago- en el Biobío.
La noticia la entregó Tamara Berríos, country manager de BYD y fue incluso anunciada en las redes sociales de Metro de Concepción.
"Ya el próximo año deberíamos tener demos de buses adaptados para algunas regiones de Chile", precisa. Pero la capital del Biobío no sería la única. "Temuco, Osorno y Coyhaique son ciudades mucho más contaminadas que necesitan de directrices de renovación del transporte". Sólo falta que los privados se pongan con la plata, o que haya incentivos para renovar la flota.
"Tenemos la tecnología y podemos llevar buses más pequeños a regiones: nosotros nos adaptamos. Lo que es tema es el costo de la inversión", señala.
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